doi: http://dx.doi.org/10.15198/seeci.2017.44.127-153
INVESTIGACIÓN
MEDIOS Y BULLYING. CARACTERIZACIÓN DE LOS HÁBITOS, PREFERENCIAS Y USOS QUE LOS JÓVENES UNIVERSITARIOS HACEN DE LAS TIC Y SU POTENCIAL EN LA CONVIVENCIA UNIVERSITARIA
MEDIA AND BULLYING. CHARACTERIZATION OF THE HABITS, PREFERENCES AND USES THAT YOUNG UNIVERSITY PEOPLE MAKE OF ICTs AND THEIR POTENTIAL IN UNIVERSITY COEXISTENCE
MEIOS DE COMUNICAÇÃO E BULLYING – CARACTERIZAÇÃO DOS HÁBITOS, PREFERÊNCIAS E USOS QUE OS JOVENS UNIVERSITÁRIOS FAZEM DAS TIC E SEU POTENCIAL NA CONVIVÊNCIA UNIVERSITÁRIA
Giuliano Seni-Medina1
Martha C. Romero-Moreno
1Universidad Autónoma del Caribe. Colombia gseni@uac.edu.co
Universidad Autónoma del Caribe. Colombia martha.romero17@uac.edu.co
1 Giuliano Seni-Medina: Docente tiempo completo Universidad Autónoma del Caribe Grupo de Investigación Área de Broca: Medios, Lenguaje y Sociedad.
Correo: gseni@uac.edu.co
RESUMEN
La constante penetración de los medios de comunicación en la vida cotidiana de los jóvenes universitarios ha generado nuevas necesidades de información en cuanto a hábitos y preferencias de medios se refiere. Estas formas de mediación con las Tecnologías de la Información y la Comunicación –TIC- están intervenidas por sus gustos y necesidades, sin dejar de lado que son además, espacios de relaciones sociales. Junto a ellas, el ambiente universitario también se configura como otro espacio social que expone a este segmento poblacional juvenil a riesgos de violencia y conflicto presente en sus realidades, tales como el Bullying. En el caso particular, esta modalidad de acoso, viene ocurriendo en distintas universidades de la ciudad de Barranquilla, Colombia, con preocupantes cifras que evidencian riesgo para la convivencia de la comunidad estudiantil. Con base en lo anterior, el presente artículo muestra resultados de la investigación titulada Caracterización del consumo de TIC de los universitarios de Barranquilla para el diseño de una propuesta de espacios de educación en valores y convivencia ciudadana, estudio realizado por el grupo de investigación Área de Broca: Medios, lenguaje y sociedad, adscrito al Programa de Dirección y Producción de Radio y Televisión de la Universidad Autónoma del Caribe.
PALABRAS CLAVE: convivencia, preferencias, hábitos, medios, bullying. jóvenes universitarios
ABSTRACT
Influence of mass media in everyday life of university students produces new information needs and habits about media consumption. Theirs preferences and interaction forms around Information and Communication Technologies –ICT- are intervened by tastes and needs and also become violence and conflict vehicles present in theirs realities like bullying. It mode of harassment occurs in different universities and worrying statistics warn about risks for students coexistence. Therefore this article shows partial results from a research entitled Characterization of ICT consumption of Barranquilla college students to design a proposal for space education in values and citizen, study executed by Área de Broca: Medios, lenguaje y sociedad, research group ascribed to Universidad Autónoma del Caribe-Radio and Televisión Direction and Production Program.
KEY WORDS: coexistence, preferences, habits, media, bullying, university students.
RESUME
A constante penetração dos meios de comunicação na vida cotidiana dos jovens universitários há gerado novas necessidades de informação em relação a hábitos e preferências. Estas formas de mediações com as Tecnologias da Informação e da Comunicação – TIC – estão intervindas por seus gostos e necessidades, sem deixar de lado que é ademais, espaço de relações sociais. Junto a elas, o ambiente universitário também se configura como outro espaço social que expõe a este seguimento populacional juvenil a riscos de violência e conflito presente em suas realidades, tais como o bullying. No caso particular, esta modalidade de acosso vem ocorrendo em distintas universidades da cidade de Barranquilha, Colômbia, com preocupantes cifras que evidenciam o risco para a convivência da comunidade estudantil. Com base no artigo anterior, o presente mostra resultados da investigação titulada de Caracterização do consumo de TIC dos universitários de Barranquilha para desenhar uma proposta de espaços de educação em valores e convivência da cidadania, estudo realizado por um grupo de Investigação na Área de Broca: Meios, linguagem e sociedade, adscrito ao Programa de Direção e Produção de Rádio e Televisão da Universidade Autônoma do Caribe.
PALAVRAS CHAVE: Convivência, Preferências, Hábitos, Meios, Bullying, Jovens universitarios
Como citar el artículo
Seni-Medina, G., Romero-Moreno, M. C. (2017) Medios y bullying. Caracterización de los hábitos, preferencias y usos que los jóvenes universitarios hacen de las TIC y su potencial en la convivencia universitaria. Revista de Comunicación de la SEECI; 44, 127-153. doi: http://dx.doi.org/10.15198/seeci.2017.44.127-153
Recuperado de http://www.seeci.net/revista/index.php/seeci/article/view/480
1. INTRODUCCIÓN
Un estudio exploratorio acerca del consumo de medios realizado en Barranquilla- Colombia, en 2009, y con base en una muestra de 70 jóvenes de diversos estratos sociales y con edades comprendidas entre 18 y 30 años, (Jiménez y Seni, 2009), determinó que Internet era la principal fuente de información de este segmento poblacional y que cotidianamente hacían uso pasivo de este medio (Martín Barbero, 2008), esto es, sólo para entretenimiento. Se observó, además, que en ese momento ya los jóvenes pertenecían a redes sociales y usaban principalmente dispositivos como el blackberry para acceder a la web. A pesar del auge de la conectividad, los jóvenes barranquilleros estudiados seguían siendo asiduos consumidores de televisión, sólo escuchaban radio por sus contenidos musicales y no acostumbraban leer prensa escrita.
Adicionado a lo anterior, en el ambiente universitario de la ciudad empieza a hacer evidente la presencia de acoso o bullying (Reátiga y Hoyos, 2006), con un incremento entre universitarios de 18 a 20 años en los que hay un pico en la incidencia de las manifestaciones de intimidaciones y acoso estudiantil. La diversidad de capacidades de los sujetos, las diferencias culturales, y un juego de relaciones de poder se constituyen entre las principales causas potenciales de riesgo al bullying. La problemática es sensible en la medida en que el silencio de las víctimas le resta visibilidad, y esto por la errada creencia de que a su edad deben saber resolver sus problemas solos. (Hoyos; Llanos; Valega, 2012).
Frente a las anteriores situaciones, se consideró necesario reflexionar acerca de los usos que los jóvenes hacen de las TIC, y de cómo sus hábitos y preferencias frente a estos medios se convierten en fortalezas para potenciar y estructurar propuestas que se conviertan en alternativas de solución a las problemáticas de convivencia y bullying en universitarios de Barranquilla. En la actualidad, no existe una caracterización de los hábitos, preferencias y usos de las TIC en los universitarios de Barranquilla, lo cual se convierte en una debilidad a la hora de diseñar propuestas que apuesten por la participación e interacción a través de los medios, orientadas a educar en valores y convivencia ciudadana.
Por otra parte, y consecuente con lo anterior, Colciencias, como entidad que promueve la investigación científica en el país, ha empezado a orientar su atención en la investigación en ciencias sociales y humanas, enfocándola en “proyectos de investigación básica y aplicada en ciencias sociales y humanas”; así mismo, a proyectos de innovación en “desarrollo de aplicaciones informáticas web y móviles para resolver necesidades específicas de la sociedad colombiana” (convocatoria 2014), lo que deja un espacio abierto para promover iniciativas que articulen las TIC y la realidad social.
1.1 Estado del arte
Para la revisión del estado del arte, se tuvo en cuenta la cercanía cultural, social y geográfica. Por tanto, fueron seleccionados estudios de España, Latinoamérica y Colombia y del contexto local, Barranquilla. En cuanto a la pertinencia temática, se estableció como parámetro los ejes TIC, Jóvenes, Universidad, Convivencia y Bullying.
1.2 Consumo de Medios y Bullying
La investigación acerca del uso de internet y las redes sociales en pro de la convivencia y la construcción ciudadana en Hispanoamérica ha girado en torno a estudios empíricos cuantitativos, que suelen acudir a cuestionarios virtuales. También recurren a entrevistas con expertos para fortalecer las bases teóricas y conceptuales de los estudios analizados. En menor proporción se encontraron investigaciones esencialmente de revisión bibliográfica. Algunos estudios encontrados son estudios internacionales comparativos. Otro poco son experiencias de participación para el cambio social, aplicadas al contexto y no necesariamente a través de la red. En cuanto al objeto de estudio, predominantemente, son jóvenes universitarios y el objetivo de investigación es, por lo general, la caracterización de los jóvenes usuarios de la red.
Con respecto a esta caracterización se concluyen algunas debilidades y fortalezas en este segmento poblacional. Las debilidades más mencionadas entre los investigadores son: edades vulnerables, y en este sentido se expone la construcción de la identidad de los jóvenes al exceso de información que circula por la red, lo que les lleva a evadir la carga emocional y angustia que esto les produce; son jóvenes con problemas para relacionarse, con tendencia a crear falsos perfiles y reducir el riesgo de exponer información privada, lo que se traduce en fin de cuentas, en redes sociales conformadas por desconocidos; para protegerse, se refugian en comunidades con intereses afines, como las denominadas tribus urbanas de la red o floggers; los más optimistas llegan incluso a convertirse en activistas dispuestos a implicarse públicamente; este otro tipo de joven internauta siente afán de protagonismo, y le da a la web un uso más allá de lo social y recreativo. Por su parte, las fortalezas más recurrentes fueron: potencialidad de las redes sociales como herramienta de participación política, tendencia a compartir información, alta producción de contenidos, proliferación de redes con intereses particulares, poder de convocatoria de las redes, comprobada capacidad de movilización en el contexto real y destreza tecnológica.
Se observa el énfasis que los investigadores hacen de las consecuencias de la exposición permanente de los jóvenes en las redes: deseos de protagonismo, y falsación o enmascaramiento de la identidad de los usuarios en las redes (Almansa, Fonseca y Castillo, 2013); así mismo, de la vulnerabilidad de estos jóvenes (Ortiz Henderson, 2011) y el predominio de rasgos disfuncionales (Lombarte Bel, 2005).
También se enfatiza y se cuestiona que las redes sociales son espacios de participación política (Padilla, 2014), y de construcción de identidad (Morales Gualdrón et al, 2013), precisamente porque los adolescentes y jóvenes carecen en su mayoría de competencias, bagaje y formación política. Sin embargo, se coincide en que las redes son espacios de intercambio cultural, espacios donde se comparten intereses, llegando muchas veces a convertirse en grupos de resistencia empoderados, producto de la exclusión social (Machín, 2010), grupos contestatarios frente al poder hegemónico (Fernández-Carrión, 2008). Es innegable, eso sí, el poder de convocatoria y movilización que se logra desde las redes (García-Galera et al. 2014).
Por otra parte, el consumo se define como intercambio económico y cultural, más aún frente al enorme acceso a dispositivos. En consecuencia, se establece el término prosumidor, o consumidor- productor de contenidos y además, se plantea la necesidad de un cambio de actitud, conocimiento y alfabetidad (García-Galera et al. 2014).
Con respecto a la convivencia y bullying, es claro que hay una crisis de valores en la familia y las instituciones sociales y, por tanto, es apremiante promover el respeto y tolerancia a la diferencia, confianza y conocimiento. De tal manera, se enfatiza en la necesidad de abrir espacios de comunicación, de profundizar en el conocimiento del problema, formar en valores y normas claras (Rodríguez Gómez, 2006).
En cuanto al consumo de medios, luego de revisadas las investigaciones pertinentes, queda claro que los jóvenes de Barranquilla son usuarios asiduos de internet. No obstante, la exploración realizada señala que su uso está más relacionado con el ocio que con aspectos académicos o productivos. Se observó también una apatía a los textos impresos, una afición a la radio limitada a contenidos musicales y una preferencia hacia los videoblogs, tubes y la televisión tradicional (Jiménez y Seni, 2009). En cuanto a la convivencia en universitarios de Barranquilla, se evidencian señales de problemáticas en este aspecto, específicamente el bullying, todo indica que entre los 18 y 20 años hay un pico en la incidencia de las manifestaciones de intimidaciones y acoso estudiantil universitario (Hoyos; Llanos; Valega, 2012). Sin embargo, predomina el silencio y en consecuencia, el desconocimiento de estos casos en el ambiente universitario.
Otros estudios señalan que frente al bullying, en el ambiente universitario, poco ayuda la actitud indiferente de los docentes que se limitan sólo a la formación académica del estudiante descuidando el aspecto afectivo y emocional. Sumado a esto, el distanciamiento comunicativo del estudiante con su núcleo familiar, aísla a la familia de sus asuntos personales. (Trujillo y Romero-Acosta, 2016)
El bullying o acoso está basado en una relación de poder del acosado frente a un individuo vulnerable, que a partir de la intimidación y violencia física y psicológica, situaciones que son toleradas y aceptadas por los grupos, mientras que en la víctima generan baja autoestima, depresión y/o estados de ansiedad.
Estudios señalan que, aunque no hay evidencia de situaciones específicas de bullying universitario, hay variables que se relacionan con conductas de bullying en el ambiente universitario (Paredes y colaboradores, 2010; en Trujillo y Romero-Acosta, 2016) Todo indica que en el ambiente universitario un 28% de los estudiantes se perfilan como testigos, un 36% como agresores y un 25% como víctimas de bullying. Las formas más comunes de bullying son el maltrato verbal y la discriminación o exclusión y, en menor proporción, el acoso sexual y la intimidación. En cuanto a la víctima, esta puede adoptar dos conductas: una pasiva, traumática y depresiva y otra agresiva, donde esta responda de igual forma ante su victimario o acosador.
Se resalta que la actitud del grupo muchas veces es de encubrimiento del acoso, razón por la cual les importante motivar conductas prosociales que aboguen por una convivencia pacífica y armoniosa “[…] voluntaria y con intención de beneficiar a otros. […] determinada por múltiples causas, incluido egoísmo, orienta- ción hacia los otros e intereses concretos. Especial importancia para entender el razonamiento moral es el subgrupo de conductas prosociales denominadas altruismo”. (Eisenberg y Fabes, 1998, p.702; en Trujillo, J. J.; Romero-Acosta, K. (2016, p. 46, 52).
Se enfatiza además en la necesidad de profundizar la problemática del bullying en el ambiente universitario por ser una realidad que aún está poco explorada y se recomienda investigar aún más sobre el bullying y convivencia a nivel universitario con el fin de proponer espacios para las conductas prosociales. El bullying es una realidad muy compleja y no un mito como puede parecer.
1.3 Las TIC en Colombia
Según el Networked Readiness Index 2014 o índice de evaluación comparativa de implantación de las TIC a nivel mundial, Latinoamérica, en temas de TIC, ha tenido un avance bajo en el esfuerzo por disminuir la brecha digital; en el reporte mundial se revisaron 148 países dándoles una calificación de 1 a 7 puntos donde 1 es mínima implantación y 7 la máxima. La lista la encabeza Finlandia con una puntuación de 6.04, seguido por Singapur con 5.9 puntos y Suecia con 5.93. El primer país de Latinoamérica es Chile en el puesto 35 con 4,61 puntos, el segundo en aparecer es Puerto Rico en el puesto 41 con 4.54, el tercero es Panamá en el puesto 43 con 4,36 puntos; Colombia está en el puesto 63 de los países referenciados (148) con una puntuación de 4.05 (GIT, 2014).
1.3.1 Conexión a Internet
Aunque fue sólo en 1991 que a través de la Universidad de Los Andes se asumió el dominio colombiano (.CO) iniciando con ello la interconexión del país por estas tecnologías; para 2014, Colombia pasó de 2,2 millones a 9.8 millones de personas con acceso a Internet por banda ancha en 4 años entre 2010 y 2014 (MinTIC, 2014), siendo el cuarto país con mayor consumo de internet en América Latina, detrás de Brasil, México y Argentina (todos países con mayor número de habitantes).
Al terminar el cuarto trimestre de 2014, las suscripciones a internet fijo de Banda Ancha era de 5.051.552 suscriptores (la población de Colombia es de 48 millones de habitantes) y de ellos el estrato2 socioeconómico de mayor acceso es el estrato 2 con el 34,7%, seguido del estrato 3 con un 31,4%. El estrato 1 tiene un 9,5% de suscripciones 435.202 suscriptores a Internet fijo dedicado de Banda Ancha (MinTIC, 2014).
El promedio de uso minutos de internet por visitante online que se hace en Colombia es de 1.385 minutos, muy cercano a los 1.404 minutos del promedio global (ComsScore, 2014). Los lugares de mayor conexión a internet en el país son Bogotá (la capital del país), con 19%, Risaralda 14.46% y Quindío 14.42% (áreas con el índice de emigrantes más alto del país) seguido por el departamento de Antioquia con 14.1% (Capital Medellín), el Departamento de Santander con 13,5% (nororiente del país) y Valle del Cauca (Suroccidente) con 12.66%. Estos departamentos albergan ciudades capitales con las mayores concentraciones urbanas del país (MinTIC, 2014).
2 En Colombia, el estrato socioeconómico es una clasificación a partir de una aproximación a la diferencia socioeconómica jerarquizada, léase pobreza a riqueza o viceversa. Son 6 y van desde el 1. Bajo-bajo 2. Bajo 3. Medio-bajo 4. Medio 5. Medio-alto 6. Alto.
En departamentos de mayoría rural el índice de penetración de internet es menor, destacándose Casanare (zona de explotación petrolera) con un 9,21% y Meta (zona ganadera) 8.34%, pero el resto de zona rural están entre 7, 13 % y 0,02%.
El Ministerio de Tecnologías, para el día mundial de internet en 2014 (Mayo 17), dio a conocer a través de sus redes sociales y sitios web las siguientes cifras de conectividad en el país:
Acceso: El 25% de los colombianos se conecta a través de teléfonos móviles y tabletas. Los dispositivos desde los cuales accede, en 2013 se triplicó el uso de las tabletas (Tablets) en el país. El 15% de los hogares cuenta con al menos uno de estos dispositivos.
Creación de Contenidos: En la web hay más creaciones audiovisuales que escritas. El 68% de los contenidos audiovisuales son fotografías, 56% son imágenes, 42% es música y 38% es video. El 84% de los creadores de contenidos lo hacen de manera aficionada, mientras que el 16% lo hacen de manera profesional. El 11% de los usuarios de internet en Colombia crea, construye y recicla contenidos en la web, el 35% comenta u opina y el 54% observa contenidos sin hacer comentarios.
Usos de la Red: El 17% de los usuarios han realizado transacciones bancarias a través de la red, el 40% de los usuarios afirman haber tomado conciencia sobre el país y el planeta, el 63% de los colombianos ha enseñado sobre el uso y apropiación de internet a otra persona. Además, uno de cada 10 usuarios ha aprendido a usar este medio a través de un menor, como su hijo o su nieto.
1.3.2 Telefonía móvil
La telefonía móvil llegó a Colombia en 1993, cuando el gobierno sancionó la Ley 37 y once firmas se presentaron como candidatas para recibir autorización para operar el espectro radioeléctrico en tres regiones: Oriente, Costa y Occidente. Al terminar 1994, los seis operadores autorizados sólo reportaron 69.975 suscritos y tardaron tres años para superar la barrera del millón de clientes.
En la actualidad, según reporte del cuarto trimestre de 2014, el número total de abonados es de 55.330.727, de los cuales el 80.04% es prepago o por demanda y sólo el 19,96% tiene suscripción con factura mensual. De acuerdo con la cifra de abonados en servicio de telefonía móvil, en el país existen 112,4 abonados en servicio por cada 100 habitantes, pues existe la costumbre cada vez más generalizadas de tener más de teléfono celular debido a que las empresas de telefonía móvil autorizadas no tienen cobertura en todas las zonas del país y además sus acciones de mercadeo tienen ofertas diferentes que las hacen atractivas como Facebook gratuito, cobertura 3G, 4G o mayor cobertura de redes en el país.
Es importante resaltar la cifra de conexiones a internet móvil, el cual asciende en 2014 a 26.978.219 usuarios, de los cuales 5.565.663 (20,6%) son suscriptores que pagan mensualmente por el servicio, mientras que 21.412.556 (79,3) son usuarios por demanda (MinTIC, 2014) (ASOMOVIL, 2014).
Los precios promedio que se pagan por minuto de voz (sólo se cobran las llamadas realizadas) en 2014 es de 68 pesos (0.028 dólares). La tarifa por Megabyte (consumo de datos) es de $25.268 (0,011 dólares) (ASOMOVIL, 2014).Comparando esto con el salario mínimo que en 2014 era de 616.000 (268 dólares), se puede decir que el pago del mes de internet es el 11,3% (US$ 30) del salario si pagas conexión de 5 megas de velocidad y de 15,4% (US$ 41) si es 10 megas, siendo el segundo más costoso de Latinoamérica
1.3.3 Redes sociales
En abril de 2009 se contabilizan 9 millones de colombianos en Facebook y el 70% de los colombianos cuenta con un perfil en una red social y el momento del día que más se conectan a internet es entre las 8 y las 9 de la noche. En 2014, la red Facebook Colombia ocupa el lugar número 14 a nivel mundial con más de 15 millones de usuarios y Bogotá (capital de Colombia) es la novena ciudad del mundo con una cifra cercana a los 6.5 millones de usuarios. (MinTic-Noticias, 2014).
En cuanto a número de usuarios de Twitter, Colombia ocupa el puesto número
13 en el mundo. Los usuarios de Colombia representan el 1,9% de los usuarios de Twitter a Octubre de 2013, lo que indica que en el país había 17 millones de cuentas registradas, y 4,4 millones de usuarios activos, de los cuales 2,2 millones envían un trino por lo menos una vez al mes. En Latinoamérica Colombia ocupa el número 4 después de Brasil, México y Argentina y por encima de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Perú y Chile. (Guevara, 2014)
Según un estudio cuantitativo de actividad de twitter en Colombia en 2013, el promedio del país es de 9 tweets por segundo. El estudio encuentra que el 49% de los usuarios de Twitter en Colombia son hombres y el 46% mujeres y 5% son cuentas institucionales. El 20,9% de los trinos del país son enviados desde Cundinamarca, departamento donde está Bogotá, la capital de Colombia Los otros cuatro lugares que originan más trinos en el país son Valle del Cauca (13,4%), Antioquia (11,8%), Santander (4,7%) y Tolima (4,4%). El estudio indica también que el domingo es el día en el que más se twittea, y las seis de la tarde es la hora de mayor intensidad (Meridian Corp Group, 2013).
El mismo estudio encuentra que el 87% de los tweets colombianos incluyen sólo texto, mientras que el 7% incluye un link a otro sitio Web, el 4% incluye una fotografía o imagen, un 2% tiene un audio y un 2% un video. Además, el 58% son tweets comunes, sin menciones ni retweets. El 24% mencionan a otra cuenta y el 18% son retweets, el 20% de los tweets son usados para chatear. Los temas predilectos de los twitteros colombianos son deportes 6.6%, noticias 5,2%, música 4,7%, amor 4,8%, TV 3,7%, frases 3,6%, tecnología 1,8% y política 1,7% (Meridian Corp Group, 2013).
1.4 Bases teóricas
Para la construcción de las bases teóricas, se parte de los orígenes de capitalismo como el sistema económico que promueve la cultura del consumo de medios y de tecnología, mientras visualiza a los jóvenes como principales consumidores de estos productos modernos. Posteriormente, indaga acerca de la familia, la escuela y la sociedad alrededor de las conductas violentas, particularmente el bullying, la educación, la convivencia y las conductas prosociales.
El contexto señala con claridad que las tendencias en el consumo de TIC entre jóvenes hispanoamericanos se caracteriza por la formación de redes y comunidades, deseos de protagonismo, identidad, temor, vulnerabilidad, disfuncionalidad, resistencia, movilización, tendencia a los videoblogs, a la movilidad; particularmente, Colombia se convierte en uno del os principales referentes de estas tendencias por su alto índice de conectividad.
El anterior panorama es consecuente con el nuevo orden mundial (Ford, 2001) impuesto por las transnacionales de medios (De Moraes, 2005) quienes ven en los jóvenes sus principales consumidores (Martín Barbero, 2003; Morduchowicz, 2008) en un sistema que legitima el mercado como espacio de participación ciudadana (García Canclini, 1995).
El acceso a las redes sociales en internet ha despertado enn los adolescentes y jóvenes un afán de protagonismo, (Rincón, 2005) y un desprendimiento de la tradición y, la identidad, es decir, una desterritorialización cultural (Martin Barbero, 2008). Nuevos dispositivos tecnológicos, nuevos lenguajes, hábitos y contenidos centrados principalmente en la imagen, se desprenden de la oferta de consumo de TIC a la que están expuestos permanentemente los jóvenes.
1.4.1 Familia y conductas violentas
Desde la psicología humanista la conducta es motivada por la satisfacción de las necesidades primarias y secundarias o de aceptación de tal forma que la conducta violenta puede asociarse a una reacción para evadir el dolor o la frustración producto de la insatisfacción de dichas necesidades. En este punto la familia juega un papel primordial porque cumple dos funciones: la protección psicosocial de sus miembros y la acomodación a la cultura social. (Castro et al., 2015).
La familia es una célula social que protege a sus miembros y los relaciona con el mundo exterior y con organismos semejantes. Prepara y conecta al adolescente con el mundo, a partir de su estructura y dinámicas, su estilo educativo y las relaciones interpersonales. (Díaz, Zariñana y Rodríguez, 2015).
Sin embargo, algunas veces la familia misma arrastra humillaciones a manera de secretos familiares que se convierten en fuentes de vergüenza, debilitando su autovalía y haciendo vulnerables a sus miembros. Otras veces utilizan la burla o el excesivo control sobre los deseos e interés del niño potenciando sentimientos de inseguridad. (López y Pintor, 2015). Y en otras situaciones el adulto puede llegar a replicar conductas violentas vividas en la infancia. Acciones incongruentes propias de familias disfuncionales que generan entonces desconfianza hacia los padres e inducen a los niños y adolescentes maltratados a desafiar la autoridad y ponerla a prueba o mirar con desdén la benevolencia. En consecuencia, el adolescente acepta valores y patrones culturales que no siempre coinciden con los aprendidos en familia. (Castro et al., 2015).
1.4.2 Educación y conductas violentas
Otra cosa también es la encrucijada entre padres y profesores, entre la cultura familiar y la dinámica académica. En el sistema educativo, los docentes no sólo imponen disciplina: además, son fuentes significativas de valores que indican cómo ayudar y compartir con otros, expresión de afecto. (Morales y Villalón, 2015).
La educación dejó de ser un derecho para convertirse en una obligación, que está al servicio de los padres de familia, garantizándoles a sus hijos un espacio y un tiempo en custodia mientras ellos adelantan sus actividades económicas y esperan prepararse para un prometedor futuro y formar parte de los espacios económicos laborales de un país. (Cuéllar, Gamboa y Alcalá, 2015)
La violencia es evidencia de la declinación y consecuente debilidad del sistema educativo, incapaz de garantizar seguridad y sociabilidad. También es evidencia de la realidad social: el sistema educativo no es ajeno a la realidad política, ideológica y económica del contexto, no existe la pretendida neutralidad en el contexto académico, la lucha de clases y la violencia lógica de explotación y dominación que impera en el sistema se da también al interior del claustro. En consecuencia, la institución educativa no es una institución pacificadora, más bien, intenta normalizar los comportamientos violentos. (Cuéllar, Gamboa y Alcalá, 2015)
Existe también una violencia simbólica en el sistema educativo, algunas veces por parte de los mismos docentes, cuya imagen misma luce agresiva. Es posible violentar con la palabra, con el aislamiento, con la mirada. De tal manera, las instituciones educativas actúan como aparatos ideológicos del Estado, ejerciendo discretamente toda esa violencia para interpelar y disciplinar al estudiante mediante el desbalance del poder y la autoridad, el tono imperativo de la enseñanza, la cuantificación del conocimiento y la imposición del método científico, revelador del saber y la verdad absoluta que derrumba los mitos familiares y la tradición popular. Ese excesivo positivismo de la enseñanza que pregona el poder del hombre para dominar la naturaleza, se traslada también a las relaciones interhumanas, despersonalizando al sujeto sobre la significación de la convivencia y convirtiéndola en un asunto de poder y control, contexto donde la mujer es la principal víctima, un enfoque propio del paradigma patriarcal. (Cuéllar, Gamboa y Alcalá, 2015)
1.4.3 Del bullying: factores y caracterización
La presencia de conductas antisociales en los adolescentes se dan en varios niveles de influencia: individual o genético; de relaciones sociales, amigos, familiares; de colectividad, el contexto tal como la escuela, el trabajo o vecindario; y el contexto macro social. (Arellano, 2007).
El bullying puede comprenderse como violencia relacional o violencia entre grupos de pares y una relación asimétrica entre víctima y victimarios; una violencia- castigo, entre abuso y silencio, capaz de minar el autoconcepto, percepción y la autovalía del adolescente, en su dignidad, generando sentimientos de vergüenza en la víctima hasta llegar a creer que es merecedor de ese castigo y optar por no denunciar. (López y Pintor, 2015)
El bullying es una expresión de violencia que suele realizarse entre varias personas y que no necesariamente maltrata al más débil físicamente. Generalmente, los agresores son jóvenes con frustraciones, como la falta de reconocimiento, la intermitente presencia de los padres en el hogar, poco diálogo en los escasos momentos compartidos, resentimientos que se exteriorizan en el espacio académico, lo que les da poder y reconocimiento. (Ferro Hernández, 2012) En consecuencia, para satisfacer dichos vacíos, el adolescente interactúa asumiendo conductas y roles de grupos de su medio ambiente externo, actuando como ellos y desarrollando dependencia. (Castro et al., 2015).
Para el psicoanálisis, el origen del bullying está en las pulsiones de vida y de muerte, eros y thanatos, esto es, connotaciones sexuales unidas al placer que se produce al aliviar una pulsión interior – tales como sentimientos de culpa, vergüenza y asco propios de la conciencia moral inspirada en las instituciones como la familia, la iglesia y la escuela- por encontrar un estado anterior perdido, necesidad que se sublima al producir sufrimiento, maltrato y humillación en el otro. (Vallejo y Rodríguez, 2015)
Cabe señalar que no sólo el ambiente familiar influye en el desarrollo de estas conductas; también factores externos como los videojuegos, internet y los medios tradicionales de comunicación introyectan modelos de relaciones poder-debilidad. (Castro et al., 2015), difunden contenidos altamente violentos, de manera que el maltrato a otro se vuelve moda. (Ferro Hernández, 2012)
Particularmente, el internet ha permitido el desarrollo de nuevas formas de bullying como el cyberbullying y sexting. El primero de éstos, el cyberbullying se define como el acoso que se hace de una persona a través de la red, hostigamiento e intimidación encubierta en el anonimato, insultos y agresiones psicológicas que generalmente, como generan vergüenza en el acosado, no son denunciadas ni puestas en conocimiento de la familia o amigos. Por otra parte, el sexting da un paso más allá, pues expone imágenes o videos íntimos del acosado públicamente en la red, causándole humillación y afectándola social y psicológicamente. Cabe incluir el cutting, que consiste en auto infringirse castigo realizándose cortes en brazos u otras partes del cuerpo, a partir de sentimientos de culpa o intenso dolor emocional. (Ferro Hernández, 2012)
En los adolescentes, estos tipos de bullying generan altos niveles de stress, pues atentan contra su autoimagen, su autoestima y sus relaciones sociales y afectivas. Por eso, para evitar estas situaciones, es importante la comunicación y confianza en la familia, así como la supervisión del uso que los jóvenes hacen de internet y sus dispositivos móviles. (Ferro Hernández, 2012)
Asimismo, otras fuentes de conductas violentas son la injusticia social como forma de negación de cosas esenciales para vivir y también lo es el impedimento de las potencialidades del ser humano (Arellano, 2007).
El bullying se evidencia en situaciones de discriminación racial, religiosa, física, socioeconómica, entre otras. (Castro et al., 2015). En conductas reiterativas como hostigamiento, maltrato verbal, físico o psicológico entre estudiantes donde el agresor muchas veces desea exhibirse y por eso necesita testigos frente a quienes hace alarde y despotismo, a veces acompañada de la risa, como forma de humillación: un desequilibrio de poder entre agresor y agredido. (Cuellar, Gamboa y Alcalá, 2015). La intimidación en este tipo de acoso puede ser física, como los golpes, es decir, la violencia directa o cara a cara; verbal como el apodo, la amenaza, la burla, la calumnia; y relacional como la indiferencia, la omisión, la discriminación o la obstrucción a la circulación en espacios públicos.
En el contexto escolar el bullying es la principal fuente de violencia. Aunque entre sus principales causas están factores extracurriculares como crisis en las relaciones intrafamiliares, influencia del círculo social y factores económicos y sociales, también se encuentran el denominado nivel de vulnerabilidad de la institución educativa, o nivel de riesgo de violencia escolar. (Alegre, 2004)
Por ejemplo, jóvenes con discapacidades físicas, sobrepeso o poco atractivos, son más propensos a ser humillados, ridiculizados e intimidados. También aquellos jóvenes educados en hogares con un modelo familiar autoritario, permisivo o violento, desarrollan comportamientos que se ven desestimulados o reforzados en estos ambientes. Entre los efectos de bullying están la ansiedad, depresión, baja autoestima, bajo rendimiento académico, sentimientos de soledad, aislamiento e incluso culpabilidad e intentos de suicidio. (Arellano, 2007).
Además, la negativa de los estudiantes víctimas del bullying de aceptar la situación de acoso dificulta el proceso de aprendizaje y los pone en desventaja. Asimismo, en el bullying no sólo intervienen víctima y victimario, sino que también esta forma de acoso está rodeada por otro tipo de actores como los cómplices, los reforzadores, testigos y amigos solidarios. (Arellano, 2007).
1.4.4 Familia y conductas prosociales
Cuatro factores al interior de la familia influyen en el proceso de adaptación del adolescente a la vida social: actitud emotiva de los padres, grado de permisividad, formas afirmación de autoridad y momentos de crisis. En estos aspectos juega un papel importante la comunicación intrafamiliar. (Díaz, Zariñana y Rodríguez, 2015)
En este sentido, la familia se constituye en factor fundamental para la promoción de habilidades sociales, denominadas conductas prosociales: la solidaridad, la empatía y generosidad; es decir, ayudar a los otros sin esperar nada a cambio, se logra un ajuste psicológico y se reducen las conductas desadaptativas durante el proceso de transformación del adolescente, protegiendo de situaciones de riesgo físico y previniendo la aparición de acciones arriesgadas de violencia. (Morales y Villalón, 2015).
Las conductas prosociales de los padres en el contexto familiar influyen en las conductas prosociales posteriores de los hijos, son patrones de comportamiento aprendidos. Esto es, los padres se constituyen en modelos a seguir. (Morales y Villalón, 2015).
Lo primordial para educar en estas habilidades es comprender las necesidades ajenas para responder a las emociones de los otros, y eso requiere de un componente cognitivo; pero también de un componente afectivo, propio de la empatía o “ponerse en los zapatos de otro”. De esta forma, se promueven intereses altruistas por encima de los egocéntricos para dar sentido de vida; promover la interdependencia, tolerancia a la frustración (priorizar las necesidades), conciencia de la realidad y lo factible, actitud hacia el desprendimiento y reaprendizaje. (Castro et al., 2015).
1.4.5 Escuela y prevención del bullying
Para reducir los riesgos, la institución educativa debe contar con normas claras, canales efectivos de comunicación, organización administrativa, ambiente sano en el aula, ausencia de políticas de convivencia y cultura preventiva, reactiva y monitoreo de la violencia, principalmente. (Arellano, 2007).
Es urgente educar en valores. Es decir
el conjunto de criterios o normas que orientan nuestra vida en la dirección correcta, que nos dan identidad y que nos hacen diferentes de las demás personas. De acuerdo con los valores que tengamos, actuaremos de una u otra manera y tomaremos decisiones relevantes que nos llevarán a ser mejores personas a nivel personal, familiar, grupal y social. (Ferro Hernández, 20102, p. 22).
La responsabilidad recae inicialmente en la familia. Para educar es importante convivir, pues el joven necesita la guía o modelo conductual de los padres o adultos, principalmente porque los niños y adolescentes tienden a imitar lo que éstos hacen y no lo que dicen. Por tanto, hay que educar en valores, entre otros: alegría, justicia, amistad, amor, austeridad, autenticidad, bondad, compromiso, dignidad, honestidad, integridad, lealtad, orden, respeto, prudencia, responsabilidad, sinceridad, valor y verdad. (Ferro Hernández, 2012)
Y desde la escuela, lo primero es reconocer que este fenómeno si existe. Aquí es fundamental la presencia y actuación del docente como agente de cambio. (Arellano, 2007). No sólo debe dar ejemplo de respeto, comunicación, tolerancia, cortesía y amabilidad. También deberá supervisar espacios y momentos, promover campañas educativas, implementar mecanismos de denuncia efectivos y discretos, establecer reglas claras hacia el bullying, fortalecer la educación en valores. (Ferro Hernández, 2012)
1.4.6 Sociedad y convivencia
Los humanos somos seres sociales. Los cambios internos del ser son producto de sus interacciones externas con el medio (Maturana, 2002). Un sistema social es una red de interacciones particulares, recurrentes y cooperativas con otros seres sociales, constituyendo un medio en si y conservando su identidad. Por tanto, un ser humano puede pertenecer a distintos sistemas sociales. Asimismo, todo sistema social es un sistema de clases, entendido más allá de lo económico como un sistema de interacciones y prácticas sociales donde la identidad de sus miembros corresponde a una identidad de clases. Un aspecto del sistema social es su estabilidad posible en la práctica comunicativa, la reflexión y la crítica. En consecuencia, el principal mecanismo de interacción social es el lenguaje; mediante él, se expresa al mundo los pensamientos y conductas individuales y colectivas. De esta forma, el lenguaje se convierte en un espacio de reflexión al describir el mundo y sus circunstancias propias.
La conducta social se fundamenta en la cooperación y no en la competencia porque la segunda implica negación del otro: por eso no pueden considerarse accidentes la guerra y miseria. Es eso lo que sucede en el sistema educativo occidental: concebir el conocimiento como información y alejar a los niños de su comunidad natural. El colegio prepara al estudiante no para la vida, sino para las pruebas de Estado. Y la educación física prepara para las competencias deportivas. En decir, se ha instrumentalizado la educación.
Otro de los errores de la educación tradicional occidental está en su enfoque patriarcal: los conceptos masculino y femenino no se consideran complementarios sino opuestos. Además, se valora la procreación pero se denigra el sexo: el sexo es tabú, es obsceno. Negando nuestra biología se ha negado la espiritualidad y por eso se habla de sexo a toda hora, en todas partes y medios: el sexo se ha vuelto una cosa.
Particularmente, la educación debe ser una dinámica para llegar a ser humano consciente, responsable y respetuoso que transforma el estudiante y el docente. La educación debe moverse entre lo cognitivo y lo emotivo. La mejor manera de aprender los valores no es enseñarlos; es vivir la experiencia junto a los demás. En este punto cobra valor el concepto de conversación como forma de comprensión de los otros y de su medio ambiente. (Maturana, 2002).
Maturana enfatiza en la relación que surge del lenguaje y el afecto como estrategias para educar y equipara la educación con la convivencia. “Educar es crear, realizar y validar en la convivencia” (147) El autor concibe además los conflictos de la adolescencia no como conflictos sicológicos sino como conflictos culturales, un cambio de una cultura a otra: la colaboración por la competencia, el respeto al cuerpo por la obscenidad, la caricia por la distancia, la espontaneidad por el control, la honestidad por la apariencia.
1.4.7 Convivencia, moral y cultura
Mockus (2002) define convivencia como el “ideal de una vida en común entre grupos cultural, social o políticamente muy diversos; una vida en común viable; un “vivir juntos” estable, posiblemente permanente, deseable por sí mismo y no sólo por sus efectos” (19). Lo equipara a coexistir y cohabitar e implica una opción deliberada, tolerante, contraria a la guerra, de ligera resignación, un aprender a soportar. Un estado donde no hay riesgos de violencia y se aprovechan las diferencias.
Establece dos ideas claras: tolerancia a la diversidad y ausencia de violencia. Estas dos premisas giran en torno a la no exclusión, la aceptación y el logro de acuerdos. Para alcanzar esos dos ejes de convivencia es necesario establecer reglas y competencias para resolver pacíficamente conflictos. Las reglas morales, culturales y legales compartidas generar identidad común, esto es, la convivencia ciudadana.
...la convivencia consiste en buena parte en superar el divorcio entre ley, moral y cultura, es decir, superar la aprobación moral y/o cultural de acciones contrarias a la ley y superar la debilidad o carencia de aprobación moral o cultural de las obligaciones legales. (21)
Para el autor, la sociedad colombiana se caracteriza por un alto grado de divorcio entre la ley, la moral y la cultura, lo que hace que la violencia sea un comportamiento culturalmente aceptado en muchos contextos. Los países que han logrado superar este estado precario lo han hecho inicialmente desde la ley. Pero es la cultura el garante de su permanencia social. Por lo anterior, la convivencia ciudadana es una propuesta cultural que promueve la autorregulación interpersonal del ciudadano con sus desconocidos, con su vecindario, en establecimientos y espacios públicos, mediante las normas, la solución pacífica de conflictos y la comunicación. (Mockus, 2002).
2. OBJETIVO
El objetivo de la investigación de la cual se desprende este artículo pretendía estructurar una propuesta que desde las TIC permita la participación de los universitarios en espacios de educación en valores y convivencia, a partir de la caracterización de éstos frente al uso de las TIC de Barranquilla, surgen algunos interrogantes: ¿Cómo se caracterizan los hábitos y preferencias de los universitarios de Barranquilla frente al consumo de TIC? ¿Cuál es la percepción acerca de convivencia y bullying en universidades de Barranquilla? Estos interrogantes orientaron una primera revisión de estado del arte para la investigación propuesta y dieron los primeros resultados, los cuales se presentan a continuación.
3. METODOLOGÍA
El tipo de investigación utilizada fue de tipo aplicado, basada en un enfoque empírico y un estudio descriptivo, se escogieron tres universidades privadas de Barranquilla3, cuyas poblaciones están entre 5000 y 10000 estudiantes. De acuerdo a una fórmula estadística, con nivel de confianza 97% y error muestral de 10%, se obtuvo una muestra cercana a 116. Para aumentar su confianza, se decidió llevarla a 150 estudiantes para cada institución, un total de 450 instrumentos aplicados.
El instrumento consistió en un cuestionario que respondía los dos principales objetivos: caracterizar los hábitos y preferencias de consumo de TIC en los universitarios; y por otra parte, describir percepción de éstos acerca de la situación del bullying en las instituciones de educación superior de la ciudad. Asimismo, a través de información que brinden desde las oficinas de Bienestar Universitario de las universidades que conforman la muestra. A su vez, cada pregunta contempla opciones múltiples no excluyentes, es decir, que el joven que responde el cuestionario puede marcar más de una opción de respuesta a la vez.
Los resultados servirán de base para establecer los criterios para diseñar la propuesta que se espera presentar.
Las categorías identificadas son:
–
preferencias de contenido en las TIC
– hábitos de consumo de TIC
– Problemáticas de convivencia en jóvenes
– Experiencias de bullying
La sistematización del proceso se observa a continuación:
3 Las universidades estudiadas fueron la Universidad Libre, la Universidad de la Costa y la Universidad Autónoma del Caribe.
Tabla nº 1 Categorías e indicadores hábitos y preferencias de consumo de Tic.
Fuente: elaboración propia, 2017
Tabla nº 2 Categorías e indicadores situación de convivencia estudiantil
Fuente: elaboración propia, 2017
4. DISCUSIÓN
Los resultados que arrojan los cuestionarios aplicados a los estudiantes de las universidades que formaron parte de la muestra de este estudio, son los siguientes:
1. En cuanto al dispositivo de acceso a Internet:
Figura 1. Principal dispositivo de acceso a Internet Fuente: elaboración propia, 2017
En Uniautónoma, el principal dispositivo con que cuentan los universitarios para el acceso a Internet es el Smartphone con el 59% y cuentan con laptop el 52%; en Unilibre, el 81% para acceder a la web tiene el Smartphone y el 57% un laptop; y en Unicosta, el 69% con Smartphone y el 73% con su laptop. El promedio obtenido indica que el 69,6% cuenta principalmente con un Smartphone para entrar a Internet y como segunda opción el laptop con un 56,3%.
2. En cuanto a la frecuencia de acceso a la web:
Figura 2. Frecuencia de acceso a Internet Fuente: elaboración propia, 2017
En Uniautónoma, el 99 de los estudiantes accede diariamente. En Unilibre, lo hace el 91%. Y en Unicosta, el 88,5%. Un promedio de 92% de los universitarios se conectan diariamente a Internet.
Figura 3. Jornada y espacio de conexión a Internet Fuente: elaboración propia, 2017
En Uniautónoma, el 80% lo hace desde su hogar y principalmente en horas de la tarde, lo hace el 68%. En Unilibre, 67% se conectan desde su hogar y en horas de la noche, el 61%. En Unicosta, el 96 lo hace en casa y en horas de la noche, el 77%. El promedio es de 79% y 69% respectivamente.
3. En cuanto al formato de página o comunidad:
Figura 4. Páginas preferidas. Fuente: elaboración propia, 2017
En Uniautónoma, los estudiantes prefieren acceder a páginas personales, 46% y a blogs, 41%. En Unilibre, el 48% prefiere entrar a páginas personales y el 40% a canales de video o tubes. En Unicosta, la preferencia en páginas web la tienen los blogs con un 57,7% y le siguen los canales de video con el 46,1%. El promedio para páginas personales es de 47%, para blogs es de 49% y para canales de video, 43%.
4. En cuanto al tipo de uso de Internet:
Figura 5. Uso del internet Fuente: elaboración propia, 2017
En Uniautónoma, el uso que los estudiantes le dan a Internet es principalmente académico, 74%; le siguen en orden de preferencias, entretenimiento, 58% y social, 48%. Por su parte, en Unilibre, el uso que le dan es principalmente académico, 58% entretenimiento 43% e informativo, 29%. En cuanto a Unicosta, el 80% le da un uso académico, el 61.5% lo usa para informarse y un 50% usos laborales. El promedio de uso académico es de 70%; el entretenimiento está en 50% y el uso informativo 45%.
5. Con respecto a la experiencia vivida en problemáticas de convivencia:
Figura 6. Experiencias en problemáticas de convivencia Fuente: elaboración propia, 2017
En cuanto a la problemática de convivencia en Uniautónoma, el 28% ha sabido de casos de bullying, principalmente por motivos de acoso psicológico. En Unilibre, con respecto a problemas de convivencia, 13% expresan haber vivido situaciones así. El 22% ha vivido el bullying o saben de casos al respecto, predominando el acoso psicológico y, en menor proporción, la agresión física y el acoso sexual. Por su parte, en Unicosta el 15% afirma que ha tenido problemas de convivencia en su vida universitaria., entre ellos discusiones con compañeros y con profesores producidas por la prepotencia. Y un 11.5 afirma haber sido víctima de bullying, principalmente acoso psicológico. En promedio, el 14% ha sabido de problemas de convivencia en su ambiente universitario, y el 20% ha experimentado o habido de casos de bullying en su universidad;
Entre las causas que los universitarios argumentan están la discriminación por el color, por discapacidades psicológicas, problemas con docentes, disparidad de opiniones y prepotencia de compañeros. Los resultados indican que los jóvenes universitarios de Barranquilla, utilizan principalmente el Smartphone para entrar a internet y como segunda opción, el laptop. También señalan las cifras que los universitarios se conectan diariamente a internet y prefieren hacerlo en sus casas y en horas de la noche. Suelen entrar a blogs, páginas personales y videoblogs principalmente. El mayor uso es académico, pero también lo hacen para entretenerse e informarse.
Con respecto a problemas de convivencia, el ambiente universitario de Barranquilla evidencia una preocupante presencia de bullying en forma de acoso psicológico, motivada principalmente por la discriminación racial, por discapacidades psicológicas, diferencias con docentes, disparidad de opiniones y prepotencia de compañeros.
A partir de los resultados analizados se observan varios aspectos:
1. Preferencia de internet como fuente de información. En general, se evidencia que, siguiendo la tendencia del contexto hispanoamericano, los jóvenes universitarios de Barranquilla hacen un uso cotidiano de la web, especialmente para realizar consultas académicas y por motivos recreativos e informativos, pasando gran parte del tiempo conectados a la red, una expresión del paradigma informacional que plantea Castell (2002).
Preferencia de contenidos audiovisuales. Los resultados indican una tendencia de los jóvenes universitarios a preferir los videoblogs o tubes por encima de los textos. Ello coincide con lo planteado por Almansa, Fonseca y Castillo (2013) cuando afirman que los jóvenes han creado sus propios códigos de escritura como los denominados textos- imagen.
2. Predominio de la movilidad: los estudiantes universitarios de Barranquilla suelen acceder a la web principalmente, mediante sus dispositivos móviles, particularmente el Smartphone, posibilitando el acceso permanente a la red en todos los escenarios académicos y sociales, esto es, la obicuidad y atemporalidad del flujo de la información en la web (Fernández-Carrión, 2008). Ello implica de paso, unas ciertas condiciones socieconómicas para adquirir este tipo de artefactos tecnológicos.
3. Desarrollo de destrezas: el constante uso de los dispositivos de conexión a internet ha hecho que los jóvenes universitarios hayan desarrollado especiales habilidades en el manejo de las herramientas tecnológicas y los software (Barrios Rubio, 2009) lo que coincide con Martín Barbero (2008) cuando afirma que los jóvenes demuestran especial empatía hacia la tecnología.
4. Afán de formar comunidades: en la interacción con páginas personales y blogs, se evidencia un especial afán por formar redes sociales (Parra Castrillón, 2010) y mantener contacto con otros jóvenes con intereses afines o como mecanismo de refugio (Almansa, Fonseca y Castillo, 2013) para reducir la vulnerabilidad (Lombarte, 2005), que produce vivir en la sociedad del miedo (Fernández-Carrión, 2008) mediante el enmascaramiento (Zegers, Larraín y Trapp, 2004), o como afirma Rincón (2006), al afán juvenil por ser celebridades de la red social y resignificar los modos sociales. Esto puede interpretarse, en últimas, como una forma de construir identidad y ciudadanía a partir del potencial que ofrece la web (Padilla, 2014) consumiendo bienes simbólicos (Morduchowicz, 2008; García Canclini, 1995). Es la esfera popular del consumo, que convierte a la tecnología en mito identitario (Seni, 2006), donde los medios están desrregularizados: es el new order político (Ford, 2001).
5. Por otra parte, se evidencia la presencia de problemas de convivencia en el ambiente universitario, especialmente en cuanto a acoso psicológico. La discriminación en varias de sus formas: racial, por discapacidad, la prepotencia de docentes o compañeros y la disparidad de opiniones, lo que corrobora los hallazgos acerca de intimidaciones y acoso estudiantil universitario planteado anteriormente por Hoyos; Llanos; Valega (2012) y es consecuente con lo planteado por Acevedo (2012), Ortiz Henderson (2011) y Lombarte Bel (2005) cuando expresan que una de las principales causas del acoso o bullying es la vulnerabilidad y la ausencia de comunicación o el silencio entre las víctimas. En este sentido, Acevedo (2012) y Rodríguez Gómez (2006) proponen fortalecer la comunicación y la formación en valores.
De lo anterior se desprende que Internet se ha convertido en el medio indispensable para la realización de las actividades cotidianas de la población juvenil universitaria en Barranquilla. Particularmente, estos jóvenes acceden y participan en redes del tipo video blog o tubes, primordialmente, prefiriendo éstos a los contenidos escritos. No obstante, a pesar de que los contenidos audiovisuales parecen llamar más su atención, el uso que los jóvenes universitarios hacen de la web tiene fines principalmente académicos y recreativos.
Otro aspecto a destacar es el de la movilidad. Los jóvenes de las universidades barranquilleras prefieren acceder a la web mediante sus dispositivos, particularmente smartphones, probablemente porque la mayor parte del dia no se encuentran en sus hogares sino en diversos puntos de la universidad o de la ciudad. Entonces, no solo la conectividad sino la movilidad, caracteriza el uso de estos dispositivos y el consumo de contenido, el aquí y ahora. Asimismo, y teniendo en cuenta que las tecnologías móviles son productos costosos, se resalta que poseer un dispositivo móvil implica una cierta capacidad adquisitiva por parte de este segmento poblacional.
Por otra parte, el permanente uso de Internet ha hecho que los jóvenes hayan desarrollado especiales habilidades en el manejo de la tecnología y las herramientas de navegación. Igualmente, se caracterizan por el afán de formar redes o, comunidades con intereses afines.
En cuanto al ambiente universitario, existen problemas de convivencia caracterizados por la discriminación principalmente racial, por discapacidades cognitivas, por las diferencias de opiniones o por abuso de autoridad. En este sentido, el acoso psicológico predomina por encima del abuso físico o acoso sexual. Esto se sigue produciendo por las condiciones de vulnerabilidad de algunos estudiantes, por el silencio de las víctimas o por falta de comunicación.
5. CONCLUSIONES
Los comportamientos antisociales, agresivos, violentos de los jóvenes se constituyen en una reacción para evadir el dolor o la frustración producto de la insatisfacción de ciertas necesidades desde la niñez. Muchas veces la burla y la humillación al interior de la familia potencia la inseguridad y detona en un futuro estos comportamientos, desafiando la autoridad. El bullying representa la frustración del agresor, su afán de reconocimiento, sus resentimientos familiares, ya sea por autoritarismo o permisividad, vacíos que sólo se satisfacen en la conducta violenta y abusiva hacia el más débil, aliviando los sentimientos de vergüenza y asco que oculta la conciencia moral del agresor.
Muchas veces la escuela promueve actitudes autoritarias e intolerantes a través de sus docentes, validando ese ejemplo como un comportamiento social para replicar en la sociedad. En este sentido, la escuela no sólo debe preparar al joven para ingresar al sistema productivo, sino formarlo en valores, dando ejemplo con el trato respetuoso de sus propios docentes. Otras veces estas conductas son influencia de la adopción de modelos externos promovidos por los medios que legitima el argumento de la violencia, como los videojuegos. La misma Internet ha generado nuevas formas de acoso como el cyber bullying y el sexting, que atentan contra la autoimagen de los jóvenes, su autoestima y sus relaciones sociales y afectivas.
El bullying en el ambiente universitario se evidencia en situaciones de discriminación racial, religiosa, física, socioeconómica, entre otras, y en conductas reiterativas como hostigamiento, maltrato verbal, físico o psicológico; el agresor se exhibe, necesita testigos y cómplices para alardear y humillar, lo que genera ansiedad, depresión, baja autoestima, bajo rendimiento académico, sentimientos de soledad, aislamiento e incluso culpabilidad e intentos de suicidio al agredido.
Mientras, uno de cada cinco estudiantes universitarios de las instituciones de Barranquilla que formaron parte de este estudio, ha sabido de problemas de convivencia o ha vivido acoso psicológico en su ambiente universitario. Entre las causas que los universitarios argumentan están la discriminación por el color, por discapacidades psicológicas, problemas con docentes, disparidad de opiniones e intolerancia de compañeros. La familia y la escuela son fundamentales para la promoción de conductas prosociales mediante la solidaridad, la empatía y generosidad, convirtiéndose en patrones de comportamiento aprendidos donde los padres se constituyen en modelos a seguir. Éstos deben enseñar a comprender las necesidades de los otros, promoviendo la interdependencia, la tolerancia a la frustración, la conciencia de la realidad y lo factible, una actitud hacia el desprendimiento y el reaprendizaje, lo que se traduce esencialmente en una competencia afectiva y cognitiva. La escuela también debe hacer lo propio: Reconocer que el bullying sí existe, hacer de los profesores agentes de cambio, dar ejemplo desde el ejercicio docente de respeto, comunicación, tolerancia, cortesía y amabilidad pero también supervisar espacios y momentos, implementar mecanismos y reglas para denunciar y prevenir el bullying, y campañas para educar el valores de convivencia.
Los valores no se enseñan: se experimentan junto a los demás. En este contexto, el lenguaje cobra especial sentido y entre las formas de lenguaje está la conversación como expresión de afecto y de comprensión de los otros y de su realidad. También son formas de lenguaje la colaboración a cambio de la competencia, el respeto al cuerpo a cambio de la obscenidad, la caricia a cambio de la distancia, la espontaneidad por el control y la honestidad por la apariencia. La convivencia se expresa en la tolerancia a la diversidad y la ausencia de violencia: es incluir, aceptar y acordar. Es primordial establecer las reglas para resolver pacíficamente los conflictos mediante un acuerdo legal, en primera instancia, y posteriormente, moral y cultural como forma de garantía social, capaces de generar identidad.
Por otra parte, el contexto señala que los jóvenes universitarios viven conectados a Internet, en donde quiera que se encuentren y por eso, los dispositivos móviles son los preferidos para esta labor. En la web, pasan la mayor parte del tiempo en las redes sociales de las cuales forman parte, especialmente páginas personales, blogs y canales de video y el mayor uso que hacen de Internet es académico, informativo y social. Se evidencia así un afán y tendencia de los jóvenes a formar redes sociales a través de la web, buscando identidad, intereses comunes, movilidad en sus dispositivos. Estas redes se convierten en espacios de participación ciudadana y en espacios de desarrollo de nuevas formas de contenidos y lenguajes. Si el bullying es una realidad en el ambiente universitario de Barranquilla, si pone en peligro la convivencia de la comunidad estudiantil y el desarrollo interior de quienes la padecen, es necesario buscar formas de promoción de conductas prosociales entre estos jóvenes en formación, y en este sentido, se debe aprovechar su atracción hacia las redes sociales como un factor potenciador de valores y actitudes de convivencia sana en el contexto universitario. Abrir espacios para la comunicación e intercambio de experiencias y acompañamiento de expertos es, precisamente, la tarea que urge realizar.
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AUTORES
Giuliano Seni-Medina
Docente tiempo completo Universidad Autónoma del Caribe. Programa de Dirección y producción de Radio y Televisión. Grupo de Investigación Área de Broca: Medios, Lenguaje y Sociedad. Magister en Comunicación. Comunicador Social-Periodista. http://orcid.org/0000-0002-8803-3258
ResearcherID: K-6566-2015
Martha C. Romero-Moreno
Docente tiempo completo Universidad Autónoma del Caribe. Programa de Dirección y producción de Radio y Televisión. Grupo de Investigación Área de Broca: Medios, Lenguaje y Sociedad. Magister en Comunicación. Comunicadora Social-Periodista y Licenciada en Lenguas Modernas.
http://orcid.org/0000-0002-0190-7240 ResearcherID: K-4356-2015