http://doi.org/10.15198/seeci.2018.45.01-14
INVESTIGACIÓN
PROPUESTA DE COMUNICACIÓN INTERGENERACIONAL ENTRE TERCERA EDAD Y JÓVENES EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
PROPOSAL FOR INTERGENERATIONAL COMMUNICATION BETWEEN THIRD AGE AND YOUNG PEOPLE IN THE KNOWLEDGE SOCIETY
PROPOSTA DE COMUNICAÇÃO INTER GENERACIONAL ENTRE TERCEIRA IDADE E JOVENS NA SOCIEDADE DO CONHECIMENTO
Beatriz Peña Acuña1
Profesora Titular acreditada por ANECA. Imparte docencia en el Departamento de Administración y Dirección de Empresas, en el Máster de Marketing y Comunicación y en Posgrado de la Universidad Católica San Antonio (Murcia, España). Formación multidisciplinar con tres carreras: Filología Hispánica, Diplomatura de Estudios Religiosos y Periodismo. Dirige tesis doctorales. Premio extraordinario de doctorado (2012). Lidera el grupo internacional y multidisciplinar “Desarrollo personal”. La producción científica es prolífica. Otros títulos a destacar “Estudios sobre Periodismo y Televisión” (Vision net), “Dirección de Comunicación y habilidades directivas” (Dykinson), “Comunicación política” (ACCI), “Periodismo especializado” (ACCI). Dirige varias colecciones (ACCI; MediaXXI; Cambridge publishingscholar). Revisora en varios Journals y revistas especializadas en Comunicación. Imparte conferencias internacionales. Premiada con el President´sLifetimeAchievementAward (2015).
Silvia Pezzoli2
Investigador en Sociología de los procesos culturales y comunicativos y profesor Asistente en Ciencias de la Información y Culturales Sociología en la Universidad de Florencia.
1Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM). España.
2Universidad de Florencia. Italia.
RESUMEN
La tercera edad como cuestión social está cobrando un mayor interés debido a los cálculos demográficos que predicen que dentro de algunas décadas estos ciudadanos sean el mayor segmento de la población. Un hecho que ha provocado y está provocando debate social por las importantes consecuencias que implica para el presente y el futuro de esta y futuras generaciones. Debate azuzado por su profunda imbricación con otro tema candente a nivel mundial, como es el de la inmigración, que supone la solución a priori más rápida pero que se encuentra de frente con todavía otro problema importante de la sociedad: la ausencia de trabajo para esas generaciones jóvenes que necesitamos para sostener el sistema de pensiones. Pretendemos revisar el tema de la tercera edad, buscar fundamentación teórica, descubrir dónde aparece la discusión y los distintos puntos de vista y acciones para, más tarde, realizar una propuesta creativa que refleje las necesidades reales de este segmento y del sistema social en conjunto. La metodología con la que se ha procedido en esta disertación ha consistido en una revisión analítica y cualitativa de documentos pertenecientes a autores y proyectos para divisar el status quo de la cuestión. La aproximación de la cuestión es multidisciplinar desde la Educación, la Comunicación y la Sociología.
PALABRAS CLAVE: envejecimiento activo, salud, juventud, comunicación, nuevas tecnologías, gestión del conocimiento, formación continua.
ABSTRACT
Old age as a social issue is gaining more interest due to demographic calculations that predict that within a few decades these citizens will be the largest segment of the population. A fact that has and is provoking a heated social debate because of the relevant consequences it has for several generations of citizens. A debate even harder because of it’s deep implications with another social dilemma: inmigration. Which is, at first sight, the quickest answer to the problem but, once again, crosses it’s path with another great social problem: the dire need for work and the high rates of unemployment for those new generations we need in order to improve the pension system. We aim to review the topic of the elderly, to seek theoretical foundations, to discover where the discussion appears, the different points of view and actions, to later make a creative proposal that reflects the real needs of this segment and the social system as a whole. The methodology that has been used in this dissertation has consisted in an analytical and qualitative review of documents belonging to authors and projects to discern the status quo of the issue. The approach of the question is multidisciplinary from Education, Communication and Sociology approach.
KEY WORDS: Active aging, Health, youth, communication, new technologies, Knowledge management, long term educatión.
RESUME
A terceira idade como questão social está gerando um maior interesse devido aos cálculos demográficos que predizem que dentro de algumas décadas estes cidadãos sejam o maior segmento da população. Pretendemos revisar o tema da terceira idade, buscar fundamentação teórica, descobrir aonde aparece a discussão e os distintos pontos de vista e ações para, mais tarde, realizar uma proposta criativa que reflita as necessidades reais de este segmento e do sistema social em conjunto. A metodologia com a qual se procedeu em esta dissertação há consistido em uma revisão analítica e qualitativa de documentos pertencentes a autores e projetos para divisar o status quo da questão. A aproximação da questão é multidisciplinar desde a educação, a comunicação e a sociologia.
PALAVRAS CHAVE: Envelhecimento ativo, Saúde, Juventude, Comunicação, Novas tecnologias, Gestão do conhecimento, Formação continua.
Recibido: 17/05/2017
Aceptado: 27/06/2017
Publicado: 15/03/2018
Correspondencia: Beatriz Peña Acuña
bpena@ucam.edu
Silvia Pezzoli
silvia.pezzoli@unifit.it
1. INTRODUCCIÓN
El estado actual de la cuestión de la tercera edad nos dice que este tema está cobrando un mayor interés por los cálculos demográficos que predicen que dentro de algunas décadas estos ciudadanos sean el mayor segmento de la población (Naciones Unidas, 2012). Se habla de un envejecimiento de la población y un rejuvenecimiento de la tercera edad (Filippi, 2013). Si Europa sigue con tasas de crecimiento cero o cercanos a esta cifra, además de otros efectos debido a la crisis económica que azota Europa, por ejemplo, en el caso español debido a la vuelta de los inmigrantes extranjeros a sus países (latinos, árabes, africanos, etc.) y debido a la inmigración de los jóvenes españoles el Instituto Nacional de Estadística español prevé en 2021 un decrecimiento de la población de medio millón de habitantes.
2. OBJETIVOS
Pretendemos revisar el tema de la tercera edad, buscar fundamentación teórica para más tarde realizar una propuesta creativa que refleje las necesidades reales de este segmento y del sistema social en conjunto.
3. METODOLOGÍA
La metodología con la que se ha procedido en esta disertación ha consistido en una revisión analítica y cualitativa de documentos pertenecientes a autores y proyectos que plantean temas directos al tema de la tercera edad (como la adaptación al uso de las nuevas tecnologías o el estado de intercambio generacional debido a factores socioculturales) o factores un poco más indirectos pero que acaban afectando también (debate social sobre la preferencia de ayudas a tercera edad o juventud) para alcanzar un estado de la cuestión. Además se ha procedido a proyectar una propuesta triple de acciones para favorecer la comunicación entre la Tercera Edad y los jóvenes teniendo en cuenta todos estos conceptos y las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías como espacio virtual de encuentro social.
4. DISCUSIÓN
Las nuevas tecnologías se muestran herramientas básicas para el desarrollo en sociedad y para el acceso a la sociedad del conocimiento y al consumo. En Educación la afirmación de que aprendemos en sociedad o rodeados por los demás es un hecho que no se suele discutir. Lo postulan autoridades como Jean Piaget, Lev Vigoski, etc. Eduardo Punset (2011) lo difunde a través de una fundamentación biológica debido al hallazgo neurológico de las células espejo. Este comunicador difunde que mediante ellas imitamos las acciones o los aprendizajes adaptativos de los otros agentes sociales. Daniel Goleman subraya la importancia de saber vivir en sociedad a través del libro La inteligencia social (2006).
Es una realidad que la Unión Europea desde los años 80 está invirtiendo en programas formativos que responden a esta necesidad de modo que los jóvenes actuales son llamados nativos digitales” y sigue proponiendo programas como el de Educación Abierta (2013). Los pertenecientes a la tercera edad por contagio social se tienen que adaptar al uso de las nuevas tecnologías desde el uso del móvil (Smartphone) o las tablet como la navegación por páginas web o páginas especializadas para sus hobbies y buscadores a la participación en foros de opinión, la práctica del microblogging para expresar sus concepciones o la pertenencia a redes sociales como Facebook. Es por ello que existen numerosas medidas para enriquecer a este sector, entre ellas la II Conferencia Mundial sobre el Envejecimiento Poblacional celebrada en Madrid en abril de 2002, donde la ONU y la OMS abogaron por un enfoque intersectorial para hacer frente a este nuevo fenómeno demográfico y social en el documento titulado Plan Internacional de Acción sobre el Envejecimiento y desde un plano internacional el “Informe Mundial sobre el envejecimiento y la salud” publicado en 2015 por la Organización Mundial de la Salud, el cual estipula una serie de causas, análisis y medidas sobre esta nueva y actual vejez.
Además se están creando proyectos que benefician directamente al sector de la tercera edad puesto que contienen recursos informáticos para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de enfermos de Alzheimer como el Proyecto MOBIS promovido por la Fundación Vodafone España y el Instituto de Salud Carlos III. Asimismo la UE apoya desde el Parlamento europeo un grupo internacional acerca del envejecimiento y solidaridad intergeneracional fundado en 1982 donde se debaten los retos que el envejecimiento supone para todas las generaciones para encontrar soluciones justas y sostenibles para todos los ciudadanos europeos. Este mismo artículo es producto del apoyo y la financiación de la Fundación Séneca (Proyecto Desarrollo personal 18889/OC/13 en el Marco III PCTRM 2011-2014). En efecto, es interesante que se promuevan todo tipo de iniciativas que se preocupen por este segmento de la población, por su desarrollo personal en una fase de la vida que no se muestra “aparentemente” tan productiva profesionalmente. Aunque esto no es objetivo, cuántos jubilados si pueden siguen ejerciendo su profesión hasta que alguna enfermedad se los impide, sobre todo los que tienen empresa propia o han sido son autónomos.
Existen programas de participación y formación de Tics para la tercera edad. Por ejemplo, la universidad para adultos cobra un mayor interés incluso cuando ya es vox populi que un tipo de actividad en la que deben mostrarse participativos es la intelectual, pues aporta beneficios de calidad de vida y procura lucidez mental. Para la estimulación cognitiva también disponen de todo tipo de juegos intelectuales y programas informáticos, además de jugar al sudoku o rellenar crucigramas. Además la formación en TICs está facilitada a nivel nacional y autonómico puesto que también se programa e imparte con la subvención por parte de ayuntamientos, en las asociaciones de tercera edad, etc.
Además desde las instituciones o administraciones públicas se ofrecen programas de participación social a través de internet, por ejemplo, la posibilidad de realizar la declaración de la Renta on-line.
La reflexión sobre el envejecimiento de la sociedad occidental debido al aumento de la longevidad y las bajas tasas de fertilidad en las sociedades occidentales, llega al punto de que tengamos que indicar un adjetivo que refleje el modo deseado de llevar a cabo un proceso ineluctable: la “envejecimiento activo“. Dado que es imposible no envejecer y que representa el proceso de envejecimiento que, gracias a los nuevos descubrimientos científicos, dura más y a lo largo de los años, se decidió elegir un tipo de esperanza social, ya que el envejecimiento no vivió de forma pasiva, sino que puede ver individuos mayores todavía activo en la empresa.
“El envejecimiento activo es el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida con la edad” (www.who.int), define el envejecimiento activo como la Organización Mundial de la Salud. La necesidad es encontrar maneras de asegurar una mejor calidad de vida de las personas mayores, cuya presencia en la sociedad es cada vez más relevante. El envejecimiento de la población es en sí “señal de los progresos realizados por la medicina, pero al mismo tiempo, una señal de la necesidad de repensar la relación entre el hecho de generaciones después, el envejecimiento de la población está viviendo esta doble naturaleza de triunfo y desafío (Naciones Unidas, 2002). Triunfo para poder posponer el final vital, reto porque estos años más de vida en expectativa que se nos ofrece deben ser de calidad y no deben afectar a la calidad de vida de otros grupos de edad de la población. No es casualidad que el año 2012 fuera el “Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional”.
La solidaridad entre generaciones es otro tema creado hace muy poco. A partir de las últimas tres décadas del siglo pasado se ha convertido cada vez en un término social más importante, debido a la duración inusual de la convivencia de varias generaciones en el mismo período de tiempo (Attias-Donfut, 1995). Esta promueve la convivencia generacional, la influencia de uno sobre el otro y cambia la forma de transición entre las generaciones viejas y nuevas. Además a menudo llama la atención sobre la diversa forma de asignar los recursos entre generaciones en la que entran en competencia unos con otros.
La estructura de edad con forma de una pirámide (muchos jóvenes, algunos individuos de edad avanzada), en el que el poder venía de lo alto y se podía pensar en el peligro de una gerontocracia sometidos a reemplazo continuo, pues la muerte en todo caso era la que empujaba la salida de la misma generación de forma natural, se ha convertido en rectangular. Esta estructura está equilibrando cada vez más el número de individuos en la base (niños, adolescentes) y el número de personas de edad avanzada, segmento llamado también “Tercera edad activa” (Organización Mundial de la Salud, 2002), que también continúan hablando acerca de sí mismos y evitan el uso del término ancianos por considerar que contiene connotación negativa. De hecho, la sociología de la familia siempre ha comenzado recientemente a hacer frente a los llamados “nuevos abuelos” (Romano, Cappadozzi, in Sgritta 2002). Son miembros de la tercera edad muy activos que, con el cambio de la morfología de la familia, se convierten en elementos importantes para la existencia misma de la familia contemporánea y actores en el mercado, no a causa de la edad que varía en el que uno se convierte en un abuelo, sino porque perviven en esta etapa de vida o condición durante un tiempo muy largo.
Otro aspecto que nos planteamos se relaciona con las consecuencias de la propagación masiva de las nuevas tecnologías de la comunicación en la sociedad contemporánea. Existen numerosas definiciones que se dan a la sociedad en que vivimos en relación con lo que los estudiosos han identificado en su forma distintiva. Dudamos que muchas definiciones se caractericen por la referencia común a las necesidades y la dinámica de la comunicación: sociedad de la comunicación, sociedad de la información, la sociedad conocimiento, sociedad red, y así sucesivamente.
De hecho, la comunicación es el elemento más importante, pero también es un elemento de una actualización constante en toda la historia de la humanidad. Los elementos emergentes más significativos de la sociedad están estrechamente vinculados con los cambios que han afectado a esa capacidad, tal vez el resultado de una necesidad de la especie que mejor que cualquier otro ser humano vivo parece haber desarrollado: la capacidad de comunicarse. Pero los últimos siglos y, más importante aún, las últimas décadas han visto una aceleración en la producción de los medios de comunicación, idiomas, apoyo a la comunicación entre los seres humanos, de forma mucho más clara. De este modo han puesto de manifiesto cómo la comunicación y su dinámica se han convertido en un recurso clave y que, en relación con ellos, establecerá nuevos mecanismos para su inclusión, exclusión, los conflictos, la solidaridad, y proporcionar una amplio juego a los actores sociales, distintivos de un espacio-tiempo específico (Tomlinson, 2007). Sobre esta idea, el sociólogo Castells alerta también sobre el impacto social del uso de las Tics y en especial de internet como consecuencia la llamada fisura tecnológica entre estratos sociales:”Mientras que todo y todos en el planeta sintieron los efectos de esta nueva estructura social, red mundial y territorios incluidos algunas personas, sin embargo están excluyendo a otros, por lo que se produce la inducción de una geografía de la desigualdad social, económica y tecnológica” (Castells, 2011, p.18).
La transición a los nuevos medios, Internet y sus múltiples dispositivos, han creado una sociedad caracterizada por la conectividad, pero también una sociedad que da por sentado la oportunidad y la capacidad de acceder a las tecnologías que tejen la red de comunicación que lo caracteriza. Desafortunadamente, el umbral de acceso sin duda varía en relación con las posibilidades económicas, sino también en relación con el grupo de edad de pertenencia. Y este punto es el que queremos tratar específicamente.
El riesgo que estamos corriendo ahora, de hecho, es crear una diferenciación basada en la generación que crea nuevas formas de exclusión social. La exclusión no es sólo la comunicación entre los individuos, si los miembros del grupo familiar o no, sino más bien una verdadera forma de exclusión de la participación activa en la sociedad contemporánea. Las tecnologías que a menudo apoyan el envejecimiento activo, especialmente en las personas mayores no totalmente independiente en el plano físico, es probable que creen una brecha digital insuperable y excluyan de la comunicación / participación en una gran proporción de la población mundial. De hecho, si damos por buena una mayor especificación del concepto Mundial de la Salud sobre el significado del adjetivo, la palabra “activo” se refiere a la participación continua en los asuntos sociales, económicos, culturales, espirituales y cívicas, no sólo la capacidad de ser físicamente activo o participar en la fuerza laboral” (www.who.int). Advertimos que la participación es problemática con forma de promesa y amenaza. Y si el problema de la solidaridad intergeneracional recientemente ha visto a los jóvenes desfavorecidos con respecto a las personas mayores para reducir las posibilidades que ofrece el Estado de bienestar y el mercado de trabajo en sí, la competencia entre la inversión en la creación de nuevos puestos de trabajo y la preservación de las pensiones se convierte en un campo de batalla en el que los jóvenes parecen elementos más débiles, en la participación en la vida pública y en la sociedad son las personas mayores las que tienen más dificultades, debido a la existencia de un mundo desconocido debido a los medios de comunicación que desconocen y que pertenecen a ese grupo de temprana edad.
Este sistema de comunicación digital global, diversificada y flexible, capaz de adaptarse a diversos contenidos, se trata de un sistema que por primera vez no es impulsado desde la parte superior, pero varía desde abajo, del que hacen uso de los usuarios (Castells, 2013).
Es más claro ahora, con las nuevas tecnologías, qué es la experiencia la que da forma a los medios de comunicación y no sólo los medios de comunicación son responsables de la forma de la experiencia (Silverstone, 1999). Por primera vez está claro cómo son las experiencias por su concreción y cómo las experiencias mediáticas son concretas a la par de las experiencias directas y reales. Por estas razones es particularmente importante identificar las estrategias para la integración de los inmigrantes digitales (en este caso nos referimos a la tercera edad) de la sociedad red, los que llegaron más tarde en este lugar que es el ciberespacio, y que deben aprender las prácticas, los idiomas, las normas, sino también las convenciones no escritas.
Es una necesidad porque el acceso a los recursos tecnológicos e información previene o reduce las nuevas formas de marginación y se asegura de que los temas críticos generados por el llamado “diluvio informativo” (Levy, 2011) al que la digitalización de la información ha dado un impulso significativo en los últimos años, de alguna manera puede ser gobernado también por los ciudadanos de mayor edad. Sólo de este modo podemos disponer de una visión positiva del ciberespacio y lo que ahora se llama “Red de Ciudadanía” o Networked Citinzenship (Lovari, 2013), la ciudadanía capaz de compartir el conocimiento, compartir, evaluar y encontrar la información que necesita en ese espacio y la capacidad de recrear un nuevo tipo de conversación.
¿Dónde, pues, encontramos planos de pistas y atlas para moverse en el espacio digital? ¿Cómo podemos esperar superar el problema de la brecha digital de las personas mayores ,cuestión que no se debe únicamente a la variable edad, sino también el nivel económico y cultural de la persona, la disponibilidad y el diferente grado de dificultad en el manejo los diversos dispositivos (Richardson, Weave e Zorn, 2005). Tal vez sea en este mismo campo de las nuevas tecnologías, en el espacio cibernético, en estos lugares digitales donde se pueda imaginar construir y mejorar la solidaridad entre las generaciones. La sociedad actual es también una agrupación con un carácter individualista en la que los individuos crecen distantes y diferentes entre sí, siguiendo caminos muy personales. La red y la experiencia de la red, es posible que vuelva a conectar, comparar, hacerse conocer entre sí a estas personas acostumbradas a actuar de manera individualizada y por lo tanto aumentar la inteligencia colectiva (Levy, 1999) y conectiva (De Kerckove, 1997) en una integración original entre nativos e inmigrantes digitales. No sólo por la producción de paquetes de software diseñados para facilitar el acceso como el proyecto ELDI (www.e-inclusionawards.eu), sino un modo de unir a las personas, para centrarse en el desarrollo de relaciones entre diferentes actores sociales para conseguir una nueva forma de vinculación y confianza social.
4.1 Prospectiva intergeneracional de cooperación entre ancianos y jóvenes
El abismo de valores de cada generación es evidente, pues cada generación se ha debido adaptar a las coordenadas culturales y sociales (dificultades y demandas económicas, familiares, profesionales, etc.) en definitiva, como se suele decir de forma popular “son hijos de su tiempo”. Como prospectiva nos inspiramos teniendo en cuenta que ya se están llevando a cabo iniciativas intergeneracionales sociales como el programa de vivienda compartida entre jóvenes y ancianos en varias ciudades españolas donde se produce un intercambio de estancia en el piso del anciano a cambio de compañía del joven (www.sindinero.org). También existen programas educativos como el programa de jubilados con presidiarios para enseñarles a usar internet (Ortega Madrid, 2013, p.1) financiado de forma privada por la obra Social La Caixa. Estos jubilados se agrupan mediante la Asociación de Voluntarios de Informática de Mayores de la Comunidad de Madrid (VIACEMA).De este modo, como resultado de la investigación en la documentación anterior, nos planteamos tres tipos de acciones proactivas, aquellas donde la tercera edad pueda aportar a los jóvenes y aquella otra donde los jóvenes pueden ayudar a la tercera edad.
4.1.1. Propuesta acerca de la Tercera Edad pro Juventud
Estamos a favor de este tipo de iniciativas donde la tercera edad comparte con los jóvenes. Este tipo de programas desarrolla además la autoestima de la tercera edad y le deja espacio para ejercer cierta autoridad social todavía en una etapa de la vida donde emocionalmente se suele percibir una mayor vulnerabilidad al tener más enfermedades físicas o una menor autonomía, agilidad corporal, limitaciones de los sentidos (como la vista o el oído) pero en un momento donde el recorrido de vivencias emocionales y experiencias de la vida son más ricas. Que estos participen en la vida social de modo activo sintiéndose todavía útiles y ayudando a otros les permite ejercer la inteligencia emocional y social que enuncia Daniel Goleman en todos sus aspectos socioemocionales de saber tratar, desplegar empatía y solidaridad con los demás.
La situación de estos agentes sociales se encuentran en una edad en la que suelen sufrir aislamiento social pues los hijos están ocupados en sus trabajos y preocupaciones, los nietos generacionalmente en ocasiones se sienten demasiados distintos y no comparten mucho tiempo y además empiezan a sufrir la pérdida de amigos de su edad o tienen miedo de sufrir enfermedades o de quedarse solos. Sería un modo de tener un motivo importante para vivir, que de fondo, no perdamos de vista que es amar. Esto daría sentido en parte a sus vidas.
Romano Guardini enuncia que es la etapa emocional más difícil de afrontar de la vida y debe enfocarse como una culminación (Guardini, 1983). Uno pensaría que ha sido más difícil la adolescencia si lo ha pasado mal, pero no es así.
Los estudios de longevidad en un muestreo de culturas internacionales muestran de forma sorprendente que una de las variables de la longevidad (además de la alimentación, la estimulación mediante hobbies, etc.) se halla en que aquellas culturas con más apego y apoyo emocional familiar donde los ancianos suelen mostrar longevidad porque los lazos o vínculos socioemocionales son más sólidos.
Existen iniciativas positivas en España sobre este tema como la Asociación Española para el estudio científico del envejecimiento saludable (www.longevidad.org) y se habla de un “envejecimiento activo”.
Por desgracia también nos llegan noticias de que estas generaciones de abuelos en España sufren cierta ansiedad debido a que los padres dejan en sus manos la responsabilidad de sacar adelante y cuidar a los hijos pequeños o no debido a la dedicación profesional, a la época de separación, a la crisis económica, deudas, etc. Los abuelos pueden ayudar puntualmente, pero no deben sufrir un abuso, pues ya no tienen la misma energía y paciencia que la tuvieron con sus hijos. Ahora bien, esto es un mal uso del papel de los abuelos, el buen uso es necesario, insustituible porque ellos muestran un ejemplo de vida a los nietos, unos valores que no hace falta explicarlos porque los nietos los imitan mediante las células espejo, un amor incondicional y tierno alimentado con sentimientos de años, y otorgan un testimonio de vida y de amor que de algún modo marca el camino que deberán tomar los nietos al final de la vida. Que afronten bien los ancianos está etapa y sea un envejecimiento activo es muy importante. Los abuelos son un referente emocional, afectivo y vital básico en el tejido social familiar.
Por todos estos motivos, vamos más allá en esta disertación y pensamos que se pudiera sacar mucho más partido a la experiencia de los adultos. A este tipo de habilidad amplia es la que suelo llamar “aprendizaje experiencial”. Se trata de un aprendizaje no reglado por las instituciones educativa y dejando en manos de la providencia, los padres, la familia, los amigos, etc. Sin embargo, lo estimamos necesario para la adaptación a la vida social y las exigencias de supervivencia de cada época como es el aprendizaje para vivir la vida, fortaleza y resiliencia emocional (que significa capacidad humana para asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas), experiencia de ser padres y profesionales, que conlleva además unos valores lícitos y humanos). Este tipo de habilidad defendemos que es un valor añadido si los de la tercera edad lo transfieren tal y como estiman algunas culturas donde gobiernan los más mayores, considerados como “más sabios”, más experimentados en el aprendizaje de la vida. Podría llamarse a esto “gestión social de conocimiento” o podría instaurarse de forma natural dentro de los sistemas educativos basados en valores (valuebasedsystem) que están en boga en otros países.
Deberían fomentarse y crearse recursos de interacción (redes sociales, plataformas virtuales) mediante foros donde pudieran ejercitan no solamente el mentoring (acompañamiento en los principios del joven nobel en un puesto de trabajo) sino de coaching (entrenamiento y guía a lo largo del ejercicio profesional) por parte de los adultos con los más jóvenes y sobre todo para los parados (que disponen de tiempo para reciclarse y formarse).
Pensamos que en este sentido las plataformas que permite internet y las redes sociales que permiten esta situación social virtual, precisamente esta interacción social se presenta de modo ventajoso para una población de tercera edad que quizás su punto fuerte no sea la movilidad física o las energías para desplazarse y seguir una agenda apretada, puesto que la navegación permite foros, videoconferencias, chats donde no hace falta estar presente pero si puede generar compromiso y participación y actividades cooperativas. Y pensamos que pueda ser una ventaja la multiplicación de estas energías y esta sabiduría si pueden colaborar en empresas asesorando a través de las intranets, como por ejemplo pueden ser en intranets de hospitales para colaborar con médicos más jóvenes o con jóvenes universitarios que se inician en la carrera profesional a través del Practicum o en sus cuatro primeros años de ejercicio profesional (mentoring) o durante su carrera profesional asesorando y guiando (coaching).
4.1.2. Propuesta acerca de los Jóvenes pro Tercera Edad
Si el desarrollo tecnológico ha mostrado con el tiempo ser el responsable no sólo la existencia de problemas de la brecha digital, sino también de la falta de comunicación entre las generaciones, podríamos pensar en prospectiva constructiva y con sentido positivo, que gracias a la supervisión de expertos jóvenes el espacio virtual pueda convertirse en un medio para reconstruir un lugar de encuentro intergeneracional. Con el final de la televisión como medio privilegiado de comunicación, se está terminado el disfrute mediático compartido. El ordenador, el tablet, los teléfonos móviles individualizan el goce. Los contenidos en sí, y por consiguiente, los intereses y los gustos, distancian más a la gente entre sí. Por supuesto, la brecha que se abre de este modo entre jóvenes y viejos es insalvable.
4.1.3. Propuesta acerca de la Tercera Edad en pro de los jóvenes. Narración digital y envejecimiento activo
Si pensamos, sin embargo, acerca de cómo se relacionaban las generaciones en el pasado, probablemente encontramos un recurso en los nuevos medios de comunicación. Puede parecer paradójico que se pueda encontrar en los medios de comunicación de canal más reciente la recuperación de un pedazo del pasado perdido desde hace mucho tiempo. Eso que se ha perdido es principalmente la cultura que se había transmitido de forma tradicional por vía oral, a través de historias, leyendas, cuentos, mitos de varios lugares que quedaban eternizados por medio de la repetición (Ong, 1982). La recuperación de la oralidad hecho primero por la radio y luego por la televisión, nunca ha permitido que muchas voces pudieran encontrar tanto espacio. Si los dos vehículos eran omnipresentes y muy fáciles de usar, el acceso era muy selectivo. Ahora la Web 2.0 y sus dispositivos son los lugares en los que las historias pueden ser recogidas fácilmente, procesadas, ordenadas y disfrutadas de modo masivo (Hartley y Ong, 2013). También puede ser la oportunidad de interactuar y participar socialmente. De hecho, la escritura participativa permite la reconstrucción de partes importantes de la historia social, pero sobre todo los rasgos de identidad y pertenencia fuertes en un mundo altamente individualizado y que tiene solo en cuenta la referencia del presente.
Las personas mayores pudieran recuperar su papel tradicional a través de las nuevas tecnologías: transmitir la memoria de largo plazo (histórico) y mantener unidas a las diferentes generaciones.
La dinámica propias de los nuevos medios de comunicación, de hecho, se refieren a la dinámica de la comunidad. No es casualidad que se hable de comunidades virtuales. No por casualidad han ganado términos de valor, tales como la reputación, la confianza y la identidad.
En este sentido los ancianos podrían implicarse en un proyecto de narración de cuentos para el mantenimiento de la memoria colectiva, local, nacional e internacional que permita una reinterpretación (relectura) del concepto de la identidad, la confianza en la larga historia pasada para asegurar la confianza entre las generaciones y el cuidado por la reputación, que sobre todo en el pasado, era un aspecto que garantizaba la aceptación en la comunidad.
La narración (según autores como Bruner, 2003, Bruner, 1986, Jedlowski, 2000, Demetrio, 1996, Bertaux, 2010, Ricoeur 1983) se convierte no solamente en una pasión y renovación del sentido (Bruner 1986, Bruner, 2003) para quien lo cuenta, acto creativo e imaginativo, sino también un lugar para la discusión de las trayectorias de vida individuales.
En este sentido, en ocasiones encontramos iniciativas de recopilar documentación audiovisual narrada de testigos de la tercera edad. Un ejemplo es el del director judío norteamericano Steven Spielberg que ha llevado hace años una iniciativa a través de una colección de documentales para no perder el testimonio histórico de miles de judíos que pasaron el Holocausto. Otro ejemplo es el proyecto VIP una serie de documentales (desde 2012) filmados por el cineasta español, Jesús Solera, recogiendo el testimonio de individuos de tercera edad que recuerdan qué hacían en días históricos en Italia intentado recoger lo que Unamuno llamaba testimonio de testigos de la “intrahistoria”.
5. CONCLUSIONES
Proponemos dos modos que pudieran ser el método de recopilación y archivo de historias: por un lado, el simple relato del individuo, por otro, la escritura participativa, con suma de recuerdos, detalles, anécdotas adjuntas, textos y metatextos sobre ciertos momentos históricos o existenciales.
Se trataría de una especie de autoría colectiva que se origina a partir de las contribuciones de los recuerdos de los participantes individuales de varios países, y tiene como objetivo reunir a través de las nuevas tecnologías, una forma de comunicación intergeneracional que se había perdido. Además de la riqueza y la importancia de la comunicación entre las generaciones, el trabajo también podría tener una gran relevancia en la complicada construcción de una identidad europea, que se inicia desde confrontación de las historias de aquellos que han contribuido a ella y que podría estar disponible en diversos países.
Creemos que a través del fomento de leyes sociales, financiación de proyectos que permitan la materialización de este valor de solidaridad pudiera ser el modo de sacar partido a la sociedad del conocimiento que tenemos hoy en día; tenemos los recursos humanos y tenemos los medios a través de las nuevas tecnologías. Lo que nos falta es tener sentido de la construcción conjunta, cada uno con su esfuerzo, del Bien Común; cuestión que tenían muy claro nuestro ancestros cuando cazaban juntos un mamut y que ahora tenemos que recuperar como valor social básico.
Podemos concluir que es el mejor momento gracias a las Tics de favorecer la comunicación intergeneracional y aprovechar el rendimiento de la sociedad del Conocimiento en el que estamos inmersos. Bastaría con que cada segmento de esta población se conciencie paulatinamente y aprenda en la práctica a valorar este intercambio comunicacional.
6. REFERENCIAS
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